Llegue de los últimos. Pero aún había mamas y papas hablando. Respiré aliviado. Ya me imaginaba a mi hijo cenando las sobras de tarta en casa de su amigo, mientras la mama del cumpleañero llamaba a mi mujer por sí había pasado algo. Pero no, cuando llegue a recogerle del cumpleaños aún había más niños. De hecho eran unos cuantos. Aprovechaban que sus padres seguían hablando para estirar un poco el partido de futbol que habían jugado durante todo el cumpleaños. Me uní al grupo de padres, aunque mi instinto de payaso me pedía quitarles la pelota, hacerles unos regates y hacer pasar vergüenza a mi hijo. Me contuve y me comporte como un adulto. La conversación de adultos: “Pues aún va a ir a peor” “La gente está aprovechando ahora para irse de vacaciones, pero en septiembre ya verás” “La mayor inflación. Esto va a ser pero que en 2008.” “Seguro que llega a 3 euros el litro” “Dentro de poco en el bar, si quieres hielo te lo traes tú de casa” Y los niños mientras, ajenos al apocalipsis económico que sus padres estábamos describiendo. Salí de esa conversación realmente hundido. Con miedo. Impotente. Paralizado. Deseando acurrucarme en una esquina y llorar esperando despertar de esta pesadilla económica.Mi hijo en cambio salió pletórico, lleno de energía. “He hecho tres paradas… Marcos me ha tirado un balonazo y yo he hecho: ¡Plaka! y me la he parado” Lo sabía, tenía que haber hecho caso a mi instinto de payaso. Tú y yo sabemos cómo está el patio. No te lo voy a negar, ni pedir que mires para otro lado. Pero tengo la sensación de que existe una tendencia a revolcarnos en la mierda. A agrandar los problemas con nuestra imaginación. A lamentarnos y justificar así vivir con miedo. Un miedo que nos paraliza. Jugar nos da energía. No nos evade de la realidad, nos permite afrontar el futuro con más fuerza. Nos capacita para hacer: ¡Plaka! y hacer frente a los problemas. No nos queda otra: O jugamos y afrontamos el futuro con energía y alegría o estaremos robando la esperanza a nuestros hijos. Por eso: Aquí tienes una opción de dejar de lamentarte como un adulto y venir a jugar y reír como un niño. Alacasín, Comedia mágica familiar. Entradas ya a la venta.Estreno el 27 de agosto. Sábados a las 11:15h en los Teatros Luchana. |
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